DOMINGO IV DE CUARESMA
David es ungido como rey de Israel.
En aquellos días, dijo el Señor a Samuel: "Ve a la
casa de Jesé, en Belén, porque de entre sus hijos me he escogido un
rey. Llena, pues, tu cuerno de aceite para ungirlo y vete".
Cuando llegó Samuel a Belén y vio a Eliab, el hijo
mayor de Jesé, pensó: "Éste es, sin duda, el que voy a ungir como rey".
Pero el Señor le dijo: "No te dejes impresionar por su aspecto ni por
su gran estatura, pues yo lo he descartado, porque yo no juzgo como
juzga el hombre. El hombre se fija en las apariencias, pero el Señor se
fija en los corazones".
Así fueron pasando ante Samuel siete de los hijos
de Jesé; pero Samuel dijo: "Ninguno de éstos es el elegido del Señor".
Luego le preguntó a Jesé: "¿Son éstos todos tus hijos?" Él respondió:
"Falta el más pequeño, que está cuidando el rebaño". Samuel le dijo:
"Hazlo venir, porque no nos sentaremos a comer hasta que llegue". Y
Jesé lo mandó llamar.
El muchacho era rubio, de ojos vivos y buena
presencia. Entonces el Señor dijo a Samuel: "Levántate y úngelo, porque
éste es". Tomó Samuel el cuerno con el aceite y lo ungió delante de
sus hermanos. A partir de aquel día, el espíritu del Señor estuvo con
David.
Del salmo 22
R/. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes
praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para
reparar mis fuerzas. R/.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por
el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo,
porque tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R/.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis
adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los
bordes. R/.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos
los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin
término. R/.
Pablo a los efesios: 5, 8-14
Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
Hermanos: En otro tiempo ustedes fueron tinieblas,
pero ahora, unidos al Señor, son luz. Vivan, por lo tanto, como hijos
de la luz. Los frutos de la luz son la bondad, la santidad y la verdad.
Busquen lo que es agradable al Señor y no tomen parte en las obras
estériles de los que son tinieblas.
Al contrario, repruébenlas abiertamente; porque, si
bien las cosas que ellos hacen en secreto da vergüenza aun
mencionarlas, al ser reprobadas abiertamente, todo queda en claro,
porque todo lo que es iluminado por la luz se convierte en luz.
Por eso se dice: Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.
Evangelio
San Juan: 9, 1-41
Fue, se lavó y volvió con vista.
En aquel tiempo, Jesús vio al pasar a un ciego de
nacimiento, y sus discípulos le preguntaron: "Maestro, ¿quién pecó para
que éste naciera ciego, él o sus padres?" Jesús respondió: "Ni él
pecó, ni tampoco sus padres. Nació así para que en él se manifestaran
las obras de Dios. Es necesario que yo haga las obras del que me envió,
mientras es de día, porque luego llega la noche y ya nadie puede
trabajar. Mientras esté en el mundo, yo soy la luz del mundo".
Dicho esto, escupió en el suelo, hizo lodo con la
saliva, se lo puso en los ojos al ciego y le dijo: "Ve a lavarte en la
piscina de Siloé" (que significa 'Enviado'). Él fue, se lavó y volvió
con vista.
Entonces los vecinos y los que lo habían visto
antes pidiendo limosna, preguntaban: "¿No es éste el que se sentaba a
pedir limosna?" Unos decían: "Es el mismo". Otros: "No es él, sino que
se le parece". Pero él decía: "Yo soy". Y le preguntaban: "Entonces,
¿cómo se te abrieron los ojos?" Él les respondió: "El hombre que se
llama Jesús hizo lodo, me lo puso en los ojos y me dijo: 'Ve a Siloé y
lávate'. Entonces fui, me lavé y comencé a ver". Le preguntaron: "¿En
dónde está él?" Les contestó: "No lo sé".
Llevaron entonces ante los fariseos al que había
sido ciego. Era sábado el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los
ojos. También los fariseos le preguntaron cómo había adquirido la
vista. Él les contestó: "Me puso lodo en los ojos, me lavé y veo".
Algunos de los fariseos comentaban: "Ese hombre no viene de Dios,
porque no guarda el sábado". Otros replicaban: "¿Cómo puede un pecador
hacer semejantes prodigios?" Y había división entre ellos. Entonces
volvieron a preguntarle al ciego: "Y tú, ¿qué piensas del que te abrió
los ojos?" Él les contestó: "Que es un profeta".
Pero los judíos no creyeron que aquel hombre, que
había sido ciego, hubiera recobrado la vista. Llamaron, pues, a sus
padres y les preguntaron: "¿Es éste su hijo, del que ustedes dicen que
nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?" Sus padres contestaron: "Sabemos
que éste es nuestro hijo y que nació ciego. Cómo es que ahora ve o
quién le haya dado la vista, no lo sabemos. Pregúntenselo a él; ya
tiene edad suficiente y responderá por sí mismo". Los padres del que
había sido ciego dijeron esto por miedo a los judíos, porque éstos ya
habían convenido en expulsar de la sinagoga a quien reconociera a Jesús
como el Mesías. Por eso sus padres dijeron: 'Ya tiene edad; pregúntenle
a él'.
Llamaron de nuevo al que había sido ciego y le
dijeron: "Da gloria a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es
pecador". Contestó él: "Si es pecador, yo no lo sé; sólo sé que yo era
ciego y ahora veo". Le preguntaron otra vez: "¿Qué te hizo? ¿Cómo te
abrió los ojos?" Les contestó: "Ya se lo dije a ustedes y no me han
dado crédito. ¿Para qué quieren oírlo otra vez? ¿Acaso también ustedes
quieren hacerse discípulos suyos?" Entonces ellos lo llenaron de
insultos y le dijeron: "Discípulo de ése lo serás tú. Nosotros somos
discípulos de Moisés. Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios. Pero
ése, no sabemos de dónde viene".
Replicó aquel hombre: "Es curioso que ustedes no
sepan de dónde viene y, sin embargo, me ha abierto los ojos. Sabemos
que Dios no escucha a los pecadores, pero al que lo teme y hace su
voluntad, a ése sí lo escucha. Jamás se había oído decir que alguien
abriera los ojos a un ciego de nacimiento. Si éste no viniera de Dios,
no tendría ningún poder". Le replicaron: "Tú eres puro pecado desde que
naciste, ¿cómo pretendes darnos lecciones?" Y lo echaron fuera.
Supo Jesús que lo habían echado fuera, y cuando lo
encontró, le dijo: "¿Crees tú en el Hijo del hombre?" Él contestó: "¿Y
quién es, Señor, para que yo crea en él?" Jesús le dijo: "Ya lo has
visto; el que está hablando contigo, ése es". Él dijo: "Creo, Señor". Y
postrándose, lo adoró.
Entonces le dijo Jesús: "Yo he venido a este mundo
para que se definan los campos: para que los ciegos vean, y los que ven
queden ciegos". Al oír esto, algunos fariseos que estaban con Él le
preguntaron: "¿Entonces, también nosotros estamos ciegos?" Jesús les
contestó: "Si estuvieran ciegos, no tendrían pecado; pero como dicen
que ven, siguen en su pecado".
Lecturas y Evangelio del Dia
🌹🌹🌹LLUVIA DE ROSAS🌹🌹🌹
TODA TU ALEGRÍA
“El Señor es infinitamente justo. Y esa justicia, que asusta a tantas almas, es precisamente lo que constituye el motivo de mi alegría y de mi confianza.(…) Precisamente porque es justo, “ es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Pues él conoce nuestra masa y se acuerda de que somos barro. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles…”Santa Teresita del Niño Jesús (carta nº 226 al P.Roulland, 9 de Mayo de 1897)
Jesús conoce lo más profundo de tu corazón. Él sabe todas las bellezas y tesoros que encierra…¡Él mismo los puso allí!...también conoce tu pequeñez , tu debilidad…y nada de esto le aparta de tu amor.
Teresita hoy te invita a contemplar la justicia de Dios y poner en ella toda tu alegría y tu confianza…entrégale a Jesús tu pequeñez, todos tus pecados y debilidades… y contempla su mirada llena de ternura y de amor sobre ti!
🌹🌹🌹TODO ES GRACIA🌹🌹🌹
Comunidad "Santa Teresa de Jesús" de carmelitas descalzos seglares de Madrid-Plaza de España.
TODA TU ALEGRÍA
“El Señor es infinitamente justo. Y esa justicia, que asusta a tantas almas, es precisamente lo que constituye el motivo de mi alegría y de mi confianza.(…) Precisamente porque es justo, “ es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. Pues él conoce nuestra masa y se acuerda de que somos barro. Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor ternura por sus fieles…”Santa Teresita del Niño Jesús (carta nº 226 al P.Roulland, 9 de Mayo de 1897)
Jesús conoce lo más profundo de tu corazón. Él sabe todas las bellezas y tesoros que encierra…¡Él mismo los puso allí!...también conoce tu pequeñez , tu debilidad…y nada de esto le aparta de tu amor.
Teresita hoy te invita a contemplar la justicia de Dios y poner en ella toda tu alegría y tu confianza…entrégale a Jesús tu pequeñez, todos tus pecados y debilidades… y contempla su mirada llena de ternura y de amor sobre ti!
🌹🌹🌹TODO ES GRACIA🌹🌹🌹
Comunidad "Santa Teresa de Jesús" de carmelitas descalzos seglares de Madrid-Plaza de España.
"Dios no es un ser indiferente o lejano, por lo que no estamos abandonados a nosotros mismos"
Juan Pablo II
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