Primera lectura
Lectura de la carta a los Hebreos (10,1-10):
La Ley, que presenta sólo una sombra de los bienes definitivos y no la
imagen auténtica de la realidad, siempre, con los mismos sacrificios,
año tras año, no puede nunca hacer perfectos a los que se acercan a
ofrecerlos. Si no fuera así, habrían dejado de ofrecerse, porque los
ministros del culto, purificados una vez, no tendrían ya ningún pecado
sobre su conciencia. Pero en estos mismos sacrificios se recuerdan los
pecados año tras año. Porque es imposible que la sangre de los toros y
de los machos cabríos quite las pecados. Por eso, cuando Cristo entró en
el mundo dijo: «Tú no quiere sacrificios ni ofrendas, pero me has
preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias.
Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios,
para hacer tu voluntad."» Primero dice: No quieres ni aceptas
sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias, que se
ofrecen según la ley. Después añade: Aquí estoy yo para hacer tu
voluntad. Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa
voluntad todos quedamos santificados por la oblación de cuerpo de
Jesucristo, hecha una vez para siempre.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 39,2.4ab.7-8a.10.11
R/. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Yo esperaba con ansia al Señor;
Él se inclinó y escuchó mi grito;
me puso en la boca un cántico nuevo,
un himno a nuestro Dios. R/.
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas,
y, en cambio, me abriste el oído;
no pides sacrificio expiatorio,
entonces yo digo: Aquí estoy. R/.
He proclamado tu salvación
ante la gran asamblea;
no he cerrado los labios:
Señor, tú lo sabes. R/.
No me he guardado en el pecho tu defensa,
he contado tu fidelidad y tu salvación,
no he negado tu misericordia
y tu lealtad ante la gran asamblea. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (3,31-35):
En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera
lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo:
«Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.»
Les contestó: «¿Quienes son mi madre y mis hermanos?»
Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Estos son mi madre y mis
hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi
hermana y mi madre.»
Palabra del Señor
““Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de
Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Marcos 3, 31-35)... Señor y
Dios del cielo cada día colocas en nuestros labios tu alabanza, haciendo posible
tu gracia, La derramas en nuestro corazón para comprender que nos une una fuerza
que procede del Espíritu Santo.
La Gloria sólo es tuya, en nuestro caminar porque das sentido a nuestro vivir y
das propósito a cada una de nuestras
realidades aunque a veces no las queremos ver. Te alabamos Porque nos sostienes inspirando
compañía en los corazones de muchos
hermanos. Nos asistes con tu
providencia al colocar en nuestros caminos manos llenas de tu bendición,
hermanos Con corazones plenos de tu misericordia.
Gracias
Señor porque al saber que somos tus
hijo queremos amarte cada día más
y seguir con fidelidad tus caminos, pero
necesitamos de ti, de tus palabras
de tu vida en mi corazón. Tenemos necesidad
de Ti Padre, aunque nuestras acciones
no te hayan buscado. Danos tu sabiduría para actuar en tu voluntad y seamos conducidos por tu amor en todo
momento. Amén.
En el camino habrá manos y palabras de hermanos en la Fe donde sostenernos. Seguimos
confiando y orando, feliz martes de bendiciones para todos
Rossy y Alejandro
Pastoral Creciendo en el Amor
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