viernes, 22 de mayo de 2020

Lecturas del Viernes de la 6ª semana de Pascua




Primera lectura

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (18,9-18):

CUANDO estaba Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una visión:
«No temas, sigue hablando y no te calles, pues yo estoy contigo, y nadie te pondrá la mano encima para hacerte daño, porque tengo un pueblo numeroso en esta ciudad».
Se quedó, pues, allí un año y medio, enseñando entre ellos la palabra de Dios.
Pero, siendo Gallón procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron de común acuerdo contra Pablo y lo condujeron al tribunal diciendo:
«Este induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la ley».
Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Gallón dijo a los judíos:
«Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería razón escucharos con paciencia; pero, si discutís de palabras, de nombres y de vuestra ley, vedlo vosotros. Yo no quiero ser juez de esos asuntos».
Y les ordenó despejar el tribunal.
Entonces agarraron a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le dieron una paliza delante del tribunal, sin que Galión se preocupara de ello.
Pablo se quedó allí todavía bastantes días; luego se despidió de los hermanos y se embarco para Siria con Priscila y Aquila. En Cencreas se había hecho rapar la cabeza, porque había hecho un voto.


Palabra de Dios

Salmo

Sal 46,2-3,4-5.6-7


R/. Dios es el rey del mundo

Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor altísimo es terrible,
emperador de toda la tierra. R/.

Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado. R/.

Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad;
tocad para nuestro Rey, tocad. R/.

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Juan (16,20-23a):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.
También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».


Palabra del Señor



🌹🌹🌹LLUVIA DE ROSAS🌹🌹🌹

NO REHUSAR NADA A JESÚS

“Ofrezcamos nuestros sufrimientos a Jesús para salvar almas. ¡Pobres almas…! (…) Jesús quiere hacer depender su salvación de un suspiro de nuestro corazón…¡Qué gran misterio…! Si un solo suspiro puede salvar un alma, ¿qué no podrán hacer sufrimientos cómo los nuestros…? ¡No rehusemos nada a Jesús!” Santa Teresita del Niño Jesús (carta nº85 a Celina, 12 de marzo de 1889)

Tus dolores, tus sufrimientos, tus penas…tiene sentido, no son estériles…desde que Él murió en la Cruz, llenó de sentido tu dolor…para la salvación de las almas!

Teresita hoy te invita a ofrecer todos los sufrimientos y penas que tengas en tu vida en este momento...entrégaselo TODO a Jesús…dile un SI muy grande a todo lo que te pida… y confía, El lo transformará todo para la salvación de las almas… _¡no rehusemos nada a Jesús!_

🌹🌹🌹TODO ES GRACIA🌹🌹🌹

Comunidad "Santa Teresa de Jesús" de carmelitas descalzos seglares de Madrid-Plaza de España.


       “También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría.” (Juan 16,20-23)... Bendito seas Padre, porque en tu santa Caridad haces útil la tristeza de muchos. Esta nos produce penitencia constante, nos hace reflexionar cada momento en el cuidado de nuestra salud, nos ayuda a purificar la falta cometida, y nos hace abandonarnos a ti en el tiempo de la lamentación y las alegrías.

       Padre, escucha la voz de nuestras súplica. Quizás en ella hay tristeza, pero no de la que entorpece la voz de nuestra alma sino, la que nos hace levantar nuestras manos a ti, nos hace esperar tu auxilio, nos hace ver tu intercesión y misericordia en las pequeñas cosas, y que a pesar de la dificultad no cesa de hacernos saber que: tú eres nuestro auxilio y escudo cada día.

     Que tu Espíritu Santo, llene de gozo vuestros corazones y cambie cada aspecto de nuestra vida en obediencia, humildad, apacibilidad y sobre todo congruencia. Que esta fuerza creadora se extienda a todo dolor ya sea, de nuestro cuerpo o de nuestro espíritu. Que sigamos creciendo en el amor y esperanza en ti, y concédenos sabiduría para cobijarnos en tu voluntad.

      Por eso, Señor Jesucristo, Tú que eres la alegría de los hombres, permitenos la gracia de escucharte, verte y decir aquí estamos señor háblanos que tu sirvo escuchamos y así, encendiendo de tu mismo gozo nuestro débil corazón, podamos sentirla de tal forma que no importa lo sucedido en esta Pandemia, sea cual sea la situación en la que nos encontremos, cada uno de nosotros tengamos presente que Tú estás cerca, y nada nos faltará. Amén.

      Nunca bajes la cabeza mantenla bien alta y mira al mundo a los ojos así ganas fuerzan coraje y confianza en las experiencias en la que realmente nos paramos a mirar al miedo a la cara y te das cuenta en realidad quienes pueden manejar a quien, Bendiciones ,,,,seguimos confiando actuando y orando. Gracias Dios por todo.


🙏🏻🌹 Oración Día 22 🌹🙏🏻

Amado Jesús, al igual que María, tu Santa Madre, quiero estar abierto siempre a la acción del Espíritu Santo, configurarme completamente a tu amor y tu misericordia.

Como ella, acepto también ser tu esclavo, tu siervo, atento siempre a escuchar tu Palabra y hacerla una acción de vida.

Deseo responderte siempre con generosidad y sencillez, como lo hizo María, quien supo escucharte y obedecerte desde siempre.

Y a ti, Oh María, amada universal del Verbo, la nueva Eva escogida, auxilio de los pecadores y de los que buscan tu intercesión, acógeme siempre bajo tu manto protector, soy también tu hijo y sé que te preocupas por mí.

Te ruego que poses tu mano sobre mis hombros y me guíes por el camino de tu hijo Jesús.

Como tú, quiero poder decir y sentir con toda la pasión de mi alma: "Mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador". Amén.





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