Primera lectura
Lectura de la profecía de Zacarías (9,9-10):
Así dice el Señor: «Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.»
Palabra de Dios
Salmo
Sal 144,1-2.8-9.10-11.13cd-14
R/. Bendeciré tu nombre por siempre, Dios mío, mi rey
Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R/.
El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (8,9.11-13):
Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,25-30):
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor
LLUVIA DE ROSAS
¡JESÚS TE CUIDA!
“…a partir de la muerte de mamá, mi temperamento feliz cambió por completo. Yo, tan vivaracha y efusiva, me hice tímida y callada (…).Sin embargo seguía rodeada de la más delicada ternura. El corazón tan tierno de papá había añadido al amor que ya tenía un amor verdaderamente maternal (…)No, si Dios no hubiese prodigado a su florecilla esos sus rayos bienhechores, nunca ella hubiese podido aclimatarse a la tierra, pues era todavía demasiado débil para soportar las lluvias y tormentas y necesitaba calor, el suave rocío y las brisas de primavera. Nunca la faltaron todas esas ayudas, Jesús hizo que las encontrase incluso bajo la nieve del sufrimiento.”Santa Teresita del Niño Jesús ( Manuscrito A, 13 rº-vº)
¡Qué grande es el amor y la ternura de Jesús contigo! Cuando llega el sufrimiento, el dolor, y la prueba es cuando más cerca está de ti, cuando más desea mostrarte su Amor.
Hoy Teresita te invita a mirar por debajo de la “nieve del sufrimiento” de tu vida, para descubrir una realidad más profunda: Jesús amándote y cuidándote más que nunca.
TODO ES GRACIA
Comunidad "Santa Teresa de Jesús" de carmelitas descalzos seglares de Madrid-Plaza de España.
Bendito seas Padre, porque tu viña ha sido diseñada en la carne de Adán para que todo el género humano gozara de los frutos espirituales que siembras en ella. Tú, eliges de entre los hombres a cuidadores de tu alianza para que en todos los tiempos hagan fructificar en todos, los brotes de la salvación.
Padre, danos vida para invocar tu nombre, para no alejarnos de ti y sentir tu restauración por medio de la Ley, que dispone nuestro corazón a tu bien y hace descansar serena muestra mente.
Que tu Espíritu Santo, siga delimitando con lazos de ternura nuestra vida para que no entre la maldad a nuestro corazón. Su inspiración nos ayude a juzgar con rectitud cada momento de nuestra vida, practicar la caridad con los hermanos y vivir tu misericordia ante las caídas y errores.
Por eso, Señor Jesucristo, Tú, que no deseas que nuestra Fe se embote con las inquietudes de la vida, ayúdanos a tener encendidas nuestras lámparas, a fin de comprender que somos tu viña, y que tu gloria se extiende con el actuar de nuestras manos que llevan a los alejados, las primicias de tu Reino. Amén.
Seguimos confiando actuando y orando…Que volvamos a vernos
Pastoral Creciendo en el Amor
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